

El viaje de Christy a la gracia
Fui criada por una madre soltera amante de Dios, temerosa de Dios. La fe que tengo en mi vida es un crédito de su fidelidad y dependencia de Cristo mientras nos criaba. Una vez le pregunté cómo lo hizo, cómo crió a cuatro hijos básicamente sola y sin dudarlo me dijo: "¡Dios, punto!" Ella dijo que sin Él no lo habrÃa hecho ni podrÃa haberlo hecho.
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Estábamos en la iglesia cada vez que las puertas estaban abiertas. Incluso cuando tenÃa que trabajar los fines de semana, dejaba la donación de 25 centavos para cada uno de nosotros en la mesa de la cocina. Se esperaba que fuéramos sin ella. La iglesia estaba a una cuadra asà que no habÃa excusas. Ella escribió con marcador mágico sobre nuestra puerta principal la escritura, 'Pide, Busca, Toca'. TendrÃamos estudios bÃblicos familiares por las tardes. Por supuesto, mi adolescente Los hermanos mayores no siempre fueron grandes fanáticos de eso, ¡pero me lo comÃ! Esa es la clase de fe con la que crecÃ.
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Cuando era niño, lidié con problemas de abandono por no tener a mi papá cerca. También lidié con el abuso sexual del padre de un amigo, y todo eso me llevó a mi necesidad desesperada de tener el amor y la atención de un hombre. Lo busqué en un chico que no tenÃa ni idea de cómo amarme, debido a sus propios problemas. Hice cualquier cosa y todo para encajar en su mundo y para 'hacer que me amara'. No funcionó. Me dejó con el corazón destrozado en más pedazos que cuando lo encontró. En ese momento de mi vida, habÃa 'terminado' con Dios. Pensé que si Dios no puede darme lo que quiero, iré a buscarlo por mi cuenta. Me alejé a propósito del único amor verdadero de mi vida y traté de encontrar cosas que llenaran ese vacÃo. Como cualquiera que haya probado esto antes, sabe que no habÃa nada más por ahÃ. Sin embargo, lo probé todo, alcohol, drogas, hombres. Solo hizo que mi vacÃo fuera más profundo y más oscuro.
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Una noche fui a un drama sobre lo que sucede cuando mueres, si vas al cielo o al infierno. Me senté allà con la mandÃbula apretada y el corazón palpitante porque no hay nada más aterrador para alguien que sabe la verdad que no saber a dónde irás cuando mueras. Esa noche escuché a Dios tan claramente como nunca antes lo habÃa escuchado. Me dijo que esta era mi última oportunidad. Después de esta noche, dejó de perseguirme. Eso me asustó más que no saber a dónde iba. Eso es todo lo que tomó para mÃ. Le devolvà mi vida, mi corazón y mi alma a mi primer y verdadero amor. Entregué mi vida a Cristo. Eso fue en abril de 1998, y aunque lucho, dudo, temo, lucho contra Su voluntad, nunca he dudado de mi salvación ni de Su amor por mÃ.
Desde entonces, he vivido tantas aventuras asombrosas con el Dios que me salvó de la oscuridad. Algunos de ellos fui voluntariamente, y algunos de ellos Él tuvo que arrastrarme. Sin embargo, cada uno de ellos me ha llevado a un lugar de gracia, gratitud y gloriosa belleza!! A veces mi viaje con el Señor se siente como una montaña rusa de la que estoy rogando por bajarme, pero a veces esa montaña rusa me da tanta alegrÃa que no quiero que se detenga nunca.